Por Melina Ortega.
Un elemento sustancial para poder desarrollar exitosamente
toda labor, es tener capacitación en nuestro trabajo. Capacitar, “es hacer o
volver a una persona apta, habilitándola para algo” (RAE, 2013); en este
sentido, debe haber una transformación específica para realizar ciertas tareas
determinadas.
Imagen: godtype.com
Para las grandes empresas, la capacitación no es solo una norma
que se debe seguir para obtener
certificaciones oficiales; forma parte de una política de calidad en su
servicio y en sus productos. En estos casos, estos gigantes empresariales
suelen invertir grandes sumas para contar con toda una plantilla capaz en cada
uno de sus departamentos. Y aunque estos gastos resultan totalmente deducibles
de impuestos, debe haber previamente una planeación cuidadosa y detallada en
base a ciertos análisis de costo beneficio; esto aplica tanto en las grandes
empresas como en las pymes.
Además de la capacitación para desarrollar y mejorar
habilidades técnicas, tecnológicas y profesionales, los autores Bateman &
Snell (2009), aseguran que hoy en día, existen capacitaciones necesarias para
poder contar con recursos humanos capaces bajo un mundo competitivo en el cual,
el liderazgo y la colaboración van de la mano.
Estas capacitaciones puede ser:
1) De Inducción (dirigida
solo a empleados nuevos), que ayudan a disminuir el índice de renuncias al
familiarizar a los nuevos empleados en su trabajo;
2) Capacitación de Equipo,
que resulta indispensable para que los empleados aprendan a desarrollar
habilidades y perspectivas necesarias para colaborar juntos; y
3) Capacitación
en Diversidad, que incluye la creación de conciencia y el desarrollo de
habilidades para trabajar con personas distintas.
Conozco casos de empresas que contando con programas de
capacitación continuos, parecen no estar del todo analizados, incurriendo en
costos que se pueden reducir, para dar oportunidad de un beneficio más certero,
distribuido equitativamente entre toda la plantilla laboral.
NO costea, para ninguna empresa, estar enviando uno por uno a
los trabajadores por separado a tomar cursos en otra ciudad, cuando se tiene la
necesidad de que toda la plantilla tome la capacitación. Esto significaría gastar
en traslado, hospedaje y alimentación (THA) para cada uno de los trabajadores
que asistan; además de tener que sufrir la ausencia del trabajador cuando
pudieran presentarse casos en los cuales se necesite tenerlo en la ciudad.
¿Por qué gastar de más? Si la empresa puede traer al instructor,
a la ciudad en donde quiere capacitar a los empleados; el curso puede
impartirse en las mismas instalaciones de la empresa, así pueden capacitarse
todos los empleados al mismo tiempo, sin tener que escoger quien tomará el
curso; todos pueden asistir.
Para el caso de las PYMES, surge la conveniencia de reunirse
en grupo, para costear entre varias, el THA de un instructor; aunque para eso
están los organismos empresariales, quienes tienen un programa de cursos y
actualizaciones certificadas durante todo el año.
Un proceso de planeación de capacitación exitoso tiene que
pasar por 4 fases: Primera, la evaluación de las necesidades y requerimientos
de capacitación, se deben aplicar un análisis laboral y de desempeño como indicador
y base.
Segunda, hay que diseñar el programa de capacitación, cuyos
contenidos y objetivos cubran las necesidades identificadas.
Tercera, se debe decidir cuáles y cuántos métodos de
capacitación se usarán, en base a lo anterior y al presupuesto que tengas. Como
dije, es más redituable traer al instructor a la empresa; en este caso, tu
presupuesto debe cubrir todos los costos, pero ten en cuenta que siempre será
menor que la opción de enviar a todos los empleados fuera de la empresa, y te
dejarán mayores beneficios, como poder capacitar a todos, no solo a uno.
Cuarta, se deben tomar en cuenta medidas de efectividad y
evaluación que permitan medir el desarrollo alcanzado, mostrando resultados
concretos: aumento de productividad, disminución de errores, de tiempo, mayor
calidad en el servicio, etcétera.
Jack Welch, quien fuera elegido como “El Ejecutivo del Siglo
XX”, afirma que el talento de los empleados, es el mayor activo de la compañía;
por ello jamás dejó de invertir en la capacitación, “el equipo con los mejores
jugadores, siempre gana” y 400,000 millones de dólares generados en sus 20 años
de gestión como Director, son una prueba de ello.
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