Por Melina Ortega
Un mercado puede tener y de hecho tiene, subdivisiones que
los agrupan conforme a ciertos elementos pudiendo ser en base a sus propias
características o bien, en base a sus preferencias. La edad, el género, el
nivel de escolaridad, su actividad económica, su nivel de ingresos, etcétera;
todo puede representar, en un momento dado, rasgos que identifiquen a este
grupo de clientes para poder dirigirse a ellos y venderles un producto o
servicio.
Un segmento de mercado, es entonces, un grupo de clientes
con características comunes a las cuales puedes atenerte para elaborar
estrategias de marketing efectivas para ellos.
Ahora bien, dentro de los tipos de mercados, existe uno
llamado mercado real, conformado por los clientes que actualmente compran tus
productos o servicios; y un mercado potencial, que lo integran todos los
clientes que potencialmente pueden llegar a comprar lo que quieres venderles.
Las estrategias de mercadotecnia, deben enfocarse de manera
diferente para cada mercado: al primer grupo debes dirigirte para procurar que
sigan siendo tus clientes, a través de campañas que envíen mensajes sobre lo
valiosos que son para tu empresa y con programas o promociones hechas
especialmente para conservarlos y mantenerlos en tu cartera de ventas segura.
Al segundo grupo, te debes dirigir con premeditadas
estrategias que lo interesen en tu empresa, las cuales permitan que consideren
sus elecciones actuales y encuentren ventajas en volverse tus clientes; y
aunque se dice que en la guerra y el amor todo es válido, resulta primordial
que su interés se despierte a través de cualidades positivas de tu empresa y no
resaltando las negativas de tu competencia.
Una empresa que suele enfocar su publicidad en resaltar los
defectos de las demás, es como una persona hablando mal de otra; lo cual
resulta no solo de mal gusto sino que, indirectamente es darle más publicidad a
la competencia. Además, uno se pregunta si así como habla mal del otro, no
llegará a hablar mal de uno mismo si se presentan situaciones que en algún
momento dado, representen puntos de vista distintos en la relación comercial.
Para evitar esta situación, vuelve tu empresa en una
organización totalmente positiva: evita hablar mal de tu competencia, de tus
proveedores y de tus clientes, esto debe verse reflejado no solo en tus
políticas organizacionales y su cultura, debe llegar a palparse en tus
estrategias de marketing.
En economía hay una Ley (de Say) que dice que toda oferta
crea su propia demanda, y en este sentido, cualquier producto ofrecido siempre
encontrará un sector del mercado interesado en él, sin importar sus
características y esto se debe a que, es realmente muy difícil que un solo
producto o una sola empresa reúna todo lo que podría ser deseable en un momento
dado: si el producto es de alta calidad, el precio podría no resultar tan
accesible; si el precio es bastante accesible, su calidad puede ser dudosa, si
es un servicio rápido, el precio puede ser elevado, si el precio es bajo, tal
vez el servicio no sea efectivo, y así podríamos poner en discusión todas las
características como el empaque, la presentación, la garantía, la entrega, etc.
Por lo tanto, cada producto o servicio puede diferenciarse
de otro por tan solo una cualidad, pero es precisamente esta diferencia, en lo
que debe centrarse tu mercadotecnia; una vez que la distingas, enfócate en encontrar
correctamente tu segmento del mercado correcto para poder satisfacer su demanda
con tu producto o servicio.
Finalmente, es necesario aclarar que no es cierto que un
buen producto se vende solo: a veces resulta imprescindible acompañarlo de un
buen plan estratégico de mercadotecnia y por supuesto, de una efectiva campaña
de publicidad (no es lo mismo mercadotecnia que publicidad, no debemos
confundir los términos). De hecho, a veces se tiene que gastar más en la
campaña publicitaria que en la elaboración del producto en sí, pero créeme
cuando te digo, que es una inversión que vale la pena, coronarás tus esfuerzos
al ver incrementar tus ventas, además, son gastos totalmente deducibles de impuestos.
Acércate con profesionales, pregunta sobre las posibilidades
que te ofrecen para diseñarte una campaña de publicidad a tu medida.
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