La cultura de la deuda y un propósito del Año Nuevo: Ahorrar.
*Por Melina Ortega Pérez Tejada.
El 80% de los mexicanos
encuestados por la consultoría TNS Internacional Research reveló que su
principal propósito de año nuevo es ahorrar.
El ahorro hablando en términos económicos
es la diferencia entre el ingreso y el consumo efectuado por una unidad
económica; sin embargo, una nueva definición más acertada lo define como el
conjunto de decisiones premeditadas que se toman para 1) homogenizar el consumo
a lo largo del tiempo, 2) asegurar la disponibilidad del recurso ahorrado,
cuando no se tenga el ingreso suficiente y 3) para incrementar la riqueza a
través de la acumulación de activos (Conde, 2001).
Tradicionalmente al referirnos al
ahorro, pensamos en el ahorro monetario; pero también existen otras formas de
ahorrar no monetarias como lo es el guardar o evitar el desperdicio de algún
bien o servicio: agua, luz, energía, comida y el acumular activos para usarlos
en empeño o venta ante necesidad económica.
Aunque hubo algún periodo en el
que por Ley, se llevaba un ahorro en la formación escolar de los mexicanos a
través de los bonos del ahorro escolar; lamentablemente, el ahorro no ha
formado parte activa de nuestra formación desde hace mucho tiempo; la buena
nueva para quienes no están enterados todavía, es que desde el 2008 se lanzó un
programa para volver a implantarlo como parte de la educación básica de los
mexicanos. Ahora la SEP cuenta con un Programa de Formación Económica y
Financiera que poco a poco se ha ido esparciendo entre las escuelas de México,
entre los temas que los alumnos conocerán se encuentra el crédito, los
intereses, inversión, capital y por supuesto, el que desde mi opinión resulta
el más importante: el ahorro.
Ahorrar, representa la diferencia
entre disponer del recurso propio o endeudarse ante una situación de
emergencia: un accidente, enfermedad; o bien los medios para realizar planes a
futuro que involucran eventos sociales, viajes, educación profesional y la
compra de bienes duraderos que permite la acumulación de activos y de capital
para invertir en oportunidades de negocios o proyectos de vida.
Y es que vivir endeudados se ha
vuelto parte de nuestra cultura, el hecho de que existan instituciones de
crédito que presten dinero fácilmente no promueve que optemos por ahorrar;
disponer de dinero que aún no tenemos resulta mucho más caro que apretar
nuestra cartera, si hacemos cuentas de lo que pagamos de intereses veríamos que
realmente nuestro poder de compra va más allá de lo que nuestras expectativas
personales consideran. Un préstamo saca de apuro en el momento, pero el precio
a pagar es realmente alto, aunque la necesidad apremia y el valor del dinero se
comprende a la mala cuando se pide prestado.
Siempre se puede encontrar la
manera de ahorrar aun cuando no se disponga de ingresos altos, como hacer una
lista del mandado verificando lo que se tiene y lo que realmente hace falta,
checar precios entre marcas y mercados, apagar luces y electrónicos cuando no
se estén usando, bañarnos más rápido, reutilizar el agua en baños y patio,
prender el boiler solo cuando nos vamos a bañar, tratar de caminar más para
recorrer distancias cortas, entre otras.
Parece insultante hablar de
ahorro monetario cuando se tiene la percepción de que el dinero no alcanza para
vivir, pero mientras se tenga un ingreso disponible es posible realizar un
ahorro; incluso resulta necesario fomentarlo a través del ejemplo a nuestros
hijos: si ellos nos ven ahorrando y además les damos una alcancía, estaremos
poniendo bases muy sólidas en su formación financiera, aprenderán a guardar
parte de los recursos que tengan aunque sean monedas de 10 centavos las que
empiecen a ahorrar en su propia alcancía.
El dinero se va en cualquier
cosa: una golosina, una soda…hagamos que parte de eso que reciben de nosotros
vaya a su ahorro, tener un propósito que los motive como la compra de bien; y
permitir que al final del año, parte de ese ahorro se vea reflejado en la meta
alcanzada les enseñará cómo realizar sus sueños sin tener que endeudarse. La
mejor herencia que podemos darles, es la cultura del ahorro, realmente les
cambiará la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante, Gracias por contribuir al diálogo.