martes, 22 de enero de 2013

Un negocio para cada persona y cada persona para un negocio*



*Por Melina Ortega.

Los Negocios son como los Zapatos: Se tienen que buscar a la medida de uno.


Siempre he dicho que ningún negocio es igual a otro; las razones son obvias y es que aun cuando se trate de una sucursal, ningún negocio se parecerá a otro, nunca. Y esto es lo que mucho empresarios no pueden entender, por qué el modelo de un negocio les funciona y es un éxito en un lugar y en otro simplemente no, por eso es que se deben de hacer ciertas cosas antes de pensar en abrir un negocio, independientemente de que ya tengamos uno funcionando.



Me refiero a que puedes hacer un plan de negocios exclusivo para la sucursal que quieres abrir; y si no puedes hacerlo, aunque sea un estudio de mercado o un pequeño sondeo en el que te des cuenta que tanto va funcionar tu changarro en esa zona donde quieres abrirlo; es preferible gastar un poco de dinero en unas copias para las encuestas y el sueldo del encuestador –o mejor aún, hazlo tú mismo- que en considerables sumas de dinero invertidas en todo un negocio, sin saber siquiera si será el lugar y la zona correctas para hacerlo.

¿Porque comparo un par de zapatos con un negocio? Es muy sencillo: Cuando tú vas a comprar zapatos, ¿qué es lo que haces?

Primero, determinas el tipo de calzado necesitas: tenis, mocasines, etcétera. Cuando quieres abrir un negocio, debes saber qué tipo de empresa será,  es decir, ¿qué venderás?

Segundo, ya que sabes el tipo de zapatos que necesitas (o que quieres), debes ver entre muchos modelos, para que escojas uno que vaya con tu personalidad; y con las empresas es lo mismo: no se te vaya ocurrir invertir en un gimnasio, si tú no eres de alma deportiva; si no te imaginas a ti mismo levantándote a hacer rutinas de ejercicio, sería ilógico. Uno debe amar con todo su ser lo que hace, para poder encontrar la fuerza de levantarse cada día listo para un nuevo round, y con los negocios aplica lo mismo, probablemente pasarás más tiempo en él que en tu casa y por eso mismo debes amarlo.

Tercero, el modelo de calzado también deberá tener un color que te favorezca; en ese sentido, tú serás la imagen de tu negocio, tú eres lo primero que debe venderse bien,  no pretendas abrir una estética y llegar a trabajar sin siquiera haberte pasado el cepillo por el cabello o con la cara pálida, tu imagen debe ser congruente con lo que estás predicando.

Cuarto, que el material sea favorable contigo (no te vaya a sacar alergias); es algo parecido al punto anterior, pero se refiere al hecho de que la credibilidad de lo que vendemos empieza cuando nosotros mismos usamos y consumimos ese producto. No imagino a una vendedora de cosméticos usando un kit de la marca de la competencia, del mismo modo que tampoco encaja que el vendedor de quesos no los prueba porque es alérgico a la lactosa. En todo caso, mejor que se busque un negocio para alérgicos igual que Él, y seguramente tendrá mucho más éxito ahí porque él mismo sentirá en carne propia las necesidades de sus clientes, al padecer la misma condición.

Quinto, y por último pero no menos importante: que el calzado esté dentro del presupuesto. ¡Touché! Es igual con una empresa. Debes ver si ese negocio en el que deseas invertir es una actividad que de verdad está diseñada para ti, sobretodo cuando el dinero proviene de un crédito.

Realmente admiro a quienes la han hecho sin haber pasado por un proceso previo de análisis de riesgos, pero en lo personal, tendría mucho más cuidado si lo que tuviera dispuesto para invertir son los ahorros de toda la vida. Ninguna herramienta existente puede determinar si un negocio será un verdadero éxito o un tremendo fracaso; pero se pueden reducir un poco los niveles de riesgo por asumir cuando se usan instrumentos tan sencillos como una simple encuesta entre los futuros clientes. Recuerda que no hay preguntas tontas, sino tontos que no preguntan. ¡Que tengan una excelente semana!

eclecticahoy@gmail.com 





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