*Por Melina Ortega.
Los Negocios son como los Zapatos: Se tienen que buscar a la medida de uno.
Siempre he dicho que ningún
negocio es igual a otro; las razones son obvias y es que aun cuando se trate de
una sucursal, ningún negocio se parecerá a otro, nunca. Y esto es lo que mucho
empresarios no pueden entender, por qué el modelo de un negocio les funciona y
es un éxito en un lugar y en otro simplemente no, por eso es que se deben de
hacer ciertas cosas antes de pensar en abrir un negocio, independientemente de
que ya tengamos uno funcionando.
Me refiero a que puedes hacer un
plan de negocios exclusivo para la sucursal que quieres abrir; y si no puedes
hacerlo, aunque sea un estudio de mercado o un pequeño sondeo en el que te des
cuenta que tanto va funcionar tu changarro en esa zona donde quieres abrirlo; es
preferible gastar un poco de dinero en unas copias para las encuestas y el
sueldo del encuestador –o mejor aún, hazlo tú mismo- que en considerables sumas
de dinero invertidas en todo un negocio, sin saber siquiera si será el lugar y
la zona correctas para hacerlo.
¿Porque comparo un par de zapatos
con un negocio? Es muy sencillo: Cuando tú vas a comprar zapatos, ¿qué es lo
que haces?
Primero, determinas el tipo de calzado
necesitas: tenis, mocasines, etcétera. Cuando quieres abrir un negocio, debes
saber qué tipo de empresa será, es
decir, ¿qué venderás?
Segundo, ya que sabes el tipo de
zapatos que necesitas (o que quieres), debes ver entre muchos modelos, para que
escojas uno que vaya con tu personalidad; y
con las empresas es lo mismo: no se te vaya ocurrir invertir en un gimnasio, si
tú no eres de alma deportiva; si no te imaginas a ti mismo levantándote a hacer
rutinas de ejercicio, sería ilógico. Uno debe amar con todo su ser lo que hace,
para poder encontrar la fuerza de levantarse cada día listo para un nuevo
round, y con los negocios aplica lo mismo, probablemente pasarás más tiempo en
él que en tu casa y por eso mismo debes amarlo.
Tercero, el modelo de calzado
también deberá tener un color que te favorezca; en ese sentido, tú serás la
imagen de tu negocio, tú eres lo primero que debe venderse bien, no pretendas abrir una estética y llegar a
trabajar sin siquiera haberte pasado el cepillo por el cabello o con la cara
pálida, tu imagen debe ser congruente con lo que estás predicando.
Cuarto, que el material sea
favorable contigo (no te vaya a sacar alergias); es algo parecido al punto
anterior, pero se refiere al hecho de que la credibilidad de lo que vendemos
empieza cuando nosotros mismos usamos y consumimos ese producto. No imagino a
una vendedora de cosméticos usando un kit de la marca de la competencia, del
mismo modo que tampoco encaja que el vendedor de quesos no los prueba porque es
alérgico a la lactosa. En todo caso, mejor que se busque un negocio para
alérgicos igual que Él, y seguramente tendrá mucho más éxito ahí porque él
mismo sentirá en carne propia las necesidades de sus clientes, al padecer la
misma condición.
Quinto, y por último pero no
menos importante: que el calzado esté dentro del presupuesto. ¡Touché! Es igual
con una empresa. Debes ver si ese negocio en el que deseas invertir es una
actividad que de verdad está diseñada para ti, sobretodo cuando el dinero
proviene de un crédito.
Realmente admiro a quienes la han
hecho sin haber pasado por un proceso previo de análisis de riesgos, pero en lo
personal, tendría mucho más cuidado si lo que tuviera dispuesto para invertir
son los ahorros de toda la vida. Ninguna herramienta existente puede determinar
si un negocio será un verdadero éxito o un tremendo fracaso; pero se pueden
reducir un poco los niveles de riesgo por asumir cuando se usan instrumentos
tan sencillos como una simple encuesta entre los futuros clientes. Recuerda que
no hay preguntas tontas, sino tontos que no preguntan. ¡Que tengan una
excelente semana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante, Gracias por contribuir al diálogo.